PARENTESIS
PARÉNTESIS
Poesía
CECILIA MALDINI
PARENTESISceciliamaldini@hotmail.com |
“Si a la vida podemos
ponerla entre paréntesis
y si la muerte solo nos pide un día…”
(“Si al final” - TODO PASA – C. Maldini)
I
Me he preguntado
para qué el esfuerzo
de vivir cada hora
como si fuese la última,
si nadie escucha
si nadie responde.
II
También están llenos
los huecos de la ausencia
con horas
con deseos
con pesadillas.
Y no es silencio.
No se calla la ausencia
habla, habla.
Brama su risa a mis espaldas
y duele
como el filo del cuchillo en la llaga
como vidrio arañado por la lluvia
como si te extrañara estando cerca
-lloro sin lágrimas-
III
Lucirás este sol sobre tu frente
y sobre tus hombros
llevarás la luz rasgada
rayos partidos en pedazos
harán en tu espalda
un resplandor
de luna amarga.
Pasar el umbral
como si diéramos
el paso acostumbrado
del otro lado encontrar lo conocido
no lo extraño
sin darnos cuenta casi
que avanzamos
en la línea del tiempo
como si una mano invisible
nos llevara a empujones
y con cada tropiezo
nos hiciera saber
quién manda y lo que somos.
IV
Pasar el umbral
como si diéramos
el paso acostumbrado
del otro lado encontrar lo conocido
no lo extraño
sin darnos cuenta casi
que avanzamos
en la línea del tiempo
como si una mano invisible
nos llevara a empujones
y con cada tropiezo
nos hiciera saber
quien manda y lo que somos.
V
Tiránico el tiempo que nos avasalla
como si sólo fuéramos
pedacitos de nada
alas de mariposa por lo livianas
plumas de blancas aves
hormigas
luces de la ciudad que se ven desde el cielo
un silbido del viento en la terraza
un resoplido
un relincho
un aullido de lobo en la manada
un beso acariciado entre las sábanas.
El tiempo es el abismo quieto
que nos mira y nos llama.
VI
Lúgubre pájaro, rataplán, terraplén,
terraza, zafa de la bifera,
por bicha, por cucaracha,
la cuchara llena, colmada de maicena,
maíz para la cena, sena río, senador,
dorada luz, luciérnaga, maga de olivera
de cortázar, corte susana,
sana la rama, la pata de rana,
mala la mala, la loca que llama,
que quema y no sana.
Esa mala costumbre
de buscarle un sentido a las palabras.
VII
A medida que el tiempo avanza
sobre nosotros,
tras nosotros,
con nosotros,
nos damos cuenta
que es demasiado pronto
que nos vamos
quedando sin amigos ni hermanos
volvemos al estado primero
cuando éramos únicos
semillita perdida
en el globo terráqueo.
Al fin de cuentas uno es único
e irrepetible.
Uno es lo que nos pasa.
VIII
Después de todo
era cierto
lo que siempre supimos.
Hemos venido al mundo
sólo a parirnos.
Muñeca rusa.
Mirarnos
conocernos
desearnos
entrarnos
liberarnos
morirnos.
IX
Si como el mar
has socavado en mí
a manera de lluvia
de sal
de arena
¿De qué me aflijo?
Si como flecha me has herido
tantas veces
y aún conservo en la piel
las cicatrices
¿Por qué te alejas?
X
Todos íbamos a hacer el viaje
pero no sabíamos
adónde ir
Todos íbamos a tomar ese tren
que solo marcha
hacia adelante
no dobla en las curvas
no retrocede
no espera a nadie
ni para en el andén.
Todos vamos a tomar ese tren
todos vamos a hacer ese viaje.
XI
En el silencio estaba el poema
y cabía todo en él,
el universo
el fuego
la llama.
Acechaba.
Buscaba ese resquicio
donde aflorar como palabra.
Todo cabe en el vacío del silencio.
XII
Hay en el aire
millones de palabras
encolumnadas
como el más prolijo
de los versos.
El diamante trocado
trastocado
seco, sucio, vano,
como el huevo de paloma
roto en la palma de la mano
que por querer cuidar
hemos dañado.
Hay en el aire
una sensación de culpa y asco
que cuesta tanto
quitarse de las manos.
XIII
¿Para que arrepentirme
de lo dicho o lo hecho?
Si de mí ha dependido
la manera de hacerlo
sin que la culpa
me corroa
como el óxido
al hierro.
XIV
Todo lo roto lastima
todo lo herido
remite a cosa inacabada.
Falta en el todo
la parte que hiere
la herida que no sana
el ala rota
el estremecimiento
el miedo
la palabra.
XV
El río de mi sangre
corre a ninguna parte
condenado
a efectuar
por siempre
el mismo viaje.
Hasta que alguna muerte
lo detenga
y lo estanque.
XVI
Lo irremediable
es el paso que se da sin retroceso
porque el pie está en el aire.
Es la caída que adivina el suelo.
Es la sensación que apenas se recuerda
después de un mal sueño.
Porque una palabra
puede remediarse con un gesto
pero lo irremediable
está en la fuerza de la piedra lanzada
y no es la fuerza
ni es el puño
ni es la piedra
sino el trayecto.
Lo irremediable es eso.
XVII
Hay demasiados poetas en Internet
demasiada información atiborrada
demasiado amor desperdiciado
demasiado niño abandonado
demasiadas culpas
demasiado río contaminado
demasiada ceguera
demasiado dolor.
O tal vez hoy estoy más triste
que otros días.
-fermez la porte-
XVIII
(“el silencio es luz” A. Pizarnik)
Cae el silencio
pesado, incómodo,
sobre la palabra
que pugna por nacer.
La cubre y la tapa
con su pesada carga,
mas no logra sepultarla.
La palabra aún no dicha
es pensada.
Se pasea por los laberintos
del cerebro y del alma.
Luego el silencio
se acalla.
El silencio se hace luz
en la palabra.
XIX
Hoy me di cuenta
que es Dios el que nos mata
y no la muerte
esa negra figura imaginada
tan flaca tan fea
y tan malvada
sino Dios
el que nos ama.
XX
Destierro piedras blancas
en mi exilio
que simbolizan y recuerdan
el desalojo sufrido.
Me he quedado sin la llave
que abre puertas
a la imaginación o al desvarío.
La mudanza forzada de mis raíces,
de sueños inconclusos,
míos,
que arraigarán en otro suelo fértil,
generoso, ofrecido.
Ya no tendrás excusas
para acallarme
y tu voz no ofenderá mi oído.
XXI
No quedará
agua en las lagunas
bosques que den sombra
aves negras teñidas de petróleo
ni liebres muertas en la ruta.
Tan solo el viento
azotará nuestro esqueleto
y volarán al aire
las hojas de un libro
que alguna vez
fue hoja
y fue árbol
bajo un cielo inmenso
infinito.
XXII
Menos es más
alguien me dijo
entonces
pulí mi verso
miré a mi alrededor
comprendí
la razón del insecto
y el valor
del silencio.
XXIII
Todo mi ser
sabía
que el origen
de toda herida
es siempre
involuntario
XXIV
La herida de la infancia
nunca sana
porque el niño que fuimos
nos reclama
su derecho a seguir
habitándonos
y golpea y golpea
ante una puerta cerrada.
XXV
Cada día
hago un nuevo
inventario
de mis dolores.
Cada día
agradezco
amanecida
la impronta del tropiezo
y de la vida.
XXVI
Puente sobre todos los ríos,
el amor
pero también
el dolor
el hambre
la injusticia.
XXVII
La vida,
paréntesis
escrito
por la muerte.
La muerte
esa egoísta
que todo escribe
entre paréntesis.
XXVIII
Los muertos están tristes
porque están solos
callados dolidos
olvidados
sin posibilidades
de cambiar de apariencia
o hacerle una mueca
al sol que los molesta.
Están tristes
porque ya nunca más
serán los mismos
que ríen desde el retrato
y porque se han quedado
sin posibilidades
de hacer nada.
XXIX
Éramos tan pequeñitos
como los peces que come la ballena
así nos sentíamos en tu vientre,
vida,
vivos como los peces que no mueren
sino hasta el anochecer o al alba,
digeridos.
alimento somos de los otros,
nada más que pequeños peces.
Nada más
que pequeños
pececitos muertos.
XXX
No escribas en la arena
porque una mano
húmeda
de lluvia
o de llanto
borrará tus huellas
Y un viento huracanado
derribará
tus falsas fortalezas.
XXXI
con tus viejas espinas
que llueva la mañana,
la noche,
que rueden las piedras espinadas
sangrantes
que sea mi pie el que se deslice
sin heridas
y que lluevan las rosas
las espinas las piedras
y aunque todo me sepulte
que sea tu aroma
el último aroma
que respire.
XXII
Un día reducen
tu vida tus amores
tus odios tus dolores
a un montón de cenizas
a una pequeña bolsa de papel
como diciéndote
eso fuiste
esto eres
el fuego todo lo consume
tu más recóndito pecado
tu mayor ilusión
el sueño que acunaste
nada esperes.
A este paso
¿quién habrá de alimentar
a los gusanos?
XXXIII
Todo se mueve
como el papelito
que lanzó una vez
un sobreviviente
al otro lado del río
atado a una piedra
todo en movimiento
para que la vida siga
para que el mundo se entere
que en la montaña helada
aún latía la vida.
(todas las desgracias se parecen)
pero todos los males se olvidan
cuando la palabra
sobrevive puesta en el papel
atada a una piedra
o enroscada
en una sonda salvadora
que ha penetrado
el vientre de la tierra.
“Estamos bien en el refugio los 33"
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