Otro más
Ha muerto otro hombre en mi ciudad. También ha optado por el suicidio. Ayer fue un niño de veinte años. Hoy un hombre de treinta y cuatro. Y mañana será uno de cuarenta o de cincuenta y la manera de hacerlo será igual o parecida. Seguiremos sacando nuestras propias conjeturas. Diremos que fue un cobarde. O que fue un valiente, porque para tomar esa decisión se necesita coraje. Diremos que quiso castigarse él, o que quiso castigar a quienes no lo supieron contener, a su esposa, a sus padres, a su familia. Que no tuvo amor, que perdió el amor. Diremos que la pobreza es triste, que la explotación es cosa habitual, que los alquileres están por las nubes y que vivir en una pocilga entumece no solo el cuerpo, sino el alma. Que en Gallegos hace demasiado frío. Que la sociedad es cerrada, egoísta, competitiva. Que no se avizora un futuro más prometedor. Que es muy difícil cambiar las cosas. Que lo mas urgente es la muerte. Que lo acostumbrado será nuestra indiferencia.