JODOROWSKY ME VOLVIO LOCA
JODOROWSKY ME VOLVIO LOCA
I
Objetos ausentes rinden
homenaje
Al que ya no está
Igual que ellos solo ocupa un espacio invisible
En el ordenamiento de las cosas.
Angulosa, burlona, la vida le hace muecas.
La ausencia duele
Como la flor despojada de su tallo.
Y sufre.
II
Corre el velo de tu alterada faz
Que caiga tu fortaleza inexpugnable
Ya es medianoche
Y el ruido de lanzas y puñales
Presagian la tormenta
El corazón lo sabe
Espera que tu mano sea
Lo suficientemente fuerte
Y descorra el acerado velo.
III
Como perro frenético
Cómplice del misterio
Vas cayendo en oscuros precipicios
Ignorando tu destino
Vas por el mundo
Agitando gastados pergaminos
Que nadie puede descifrar
Y guardan todos los secretos
Mientras, el misterio.
IV
Jardinero de todos los pantanos
Le ladras a la arena
Persigues a las moscas en su eléctrico vuelo
Y caes
Caes en lo profundo
Como payaso que no puede llorar
Porque su máscara se le ha vuelto
De hierro.
Jardinero de flores invisibles
Que solo aroman tu imaginación.
La flor que esperas aún no
es semilla
Pero la disfrutas en todo su esplendor
Antes que muera.
V
Amo de tu deseo
Señor de lo imaginado
Sucumbes al calor de la luna llena
-que no te llena-
Por el contrario te deja deseando
Lo que nunca tendrás.
Una lluvia balsámica viene a enfriar tu cuerpo
Mientras los árboles
Se sacuden con el viento.
Ellos también desean la libertad.
Sed de carcajadas.
VI
Nada queda en el umbral de la casa
Ningún capullo que perfume la noche
Ninguna luz incandescente
Marcando el horizonte.
Tributan las estrellas su desalmado brillo
Incesantemente,
Noche tras noche.
-ni a la oscuridad la dejan ser eterna-
El tímpano atento siempre robó
Los ruidos al silencio.
VII
El agua oscura, plácida,
discurre con delicadeza
fluye como lámina perfecta
ante los ojos del perdido.
Antes que cante el gallo
Debe alcanzar la alquímica esperanza
Se siente víctima
Como poseso en un oscuro rincón.
Esa tristeza de cristal
No impedirá la ceremonia.
VIII
Empujará sus lágrimas
con su barca-botella
Antes que lo domine la impaciencia.
La aurora es una antorcha
En pleno vuelo.
Ramas y objetos sobre el lecho del río
Traerán de vuelta al hijo pródigo
Los ecos sordos
No podrán con su anhelo.
IX
Majestuoso el paisaje
Sobre el abismo
Trepan las nubes impertinentes
Sobre paredes verticales.
Ventanas en las alturas
Desprenden sus matices
Piedras esculpidas por el viento
Rígidas como las cuerdas de una guitarra
Un océano de tiempo y agua
Las acompañan.
No hay memoria
No hay olvido
Solo el ruido del silencio
Aquí y ahora.
X
Las amarras de la fortuna
Son finas como cuerdas
Y auténticas como las hojas del ciprés.
Delicadas, inseguras,
Embellecen la raíz y la piedra;
El vino y la arena.
Como homenaje sagrado de lo vivido
Llevas tu nombre grabado a fuego.
Rojo,
Como el atardecer mas bello.
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