Poemas insomnes después de un día de furia
I
Hay veces en que tu sombra se integra a tu ser
y pasas a ser un todo con tu sombra
¿Como te ven de afuera? te preguntas
cuando la lucidez se asoma
y entonces decides lo que quieres ser
si sigues en la noche solo serás tu sombra
II
No vamos a esperar tempestades
si hemos sembrado calma
ni recogeremos piedras
detrás de los cristales rotos.
No nos pertenecen.
Esos aires de furia no nos pertenecen.
Esa ira no nos pertenece.
Somos ajenos a todo descontrol
Esa torpeza y ese menosprecio
no nos afecta.
Estamos lejos de todo aquello que nos hiera.
Una corteza de humanidad nos cubre.
No somos bestias.
III
Todo transcurre entre el instante en que asombrados
Abrimos la boca e incorporamos ese asombro
a nuestro cerebro
Todo depende de cómo lo archivamos
en la retina y en la memoria.
Cómo lo procesamos.
Si solo ponemos la etiqueta
Y vencido el asombro en nada se transforma
Si no somos capaces de hilvanar el hilo
conductor de lo que aquello significa.
Si el asombro ante lo inesperado
solo se vuelve indiferencia
O si ese trecho recorrido hace la diferencia.
IV
Vacilantes
las palabras no encuentran su lugar
Los ojos
atrás de la mirada tiemblan
un sudor helado nos recorre
ante su presencia
luego llega la calma
cuando con la mirada
podemos recorrerla.
V
Solo transcurrimos un eterno presente
Siempre es ahora
El pasado no será jamás modificado
El futuro solo lo imaginamos
Pero el pasado abona este presente
que es hoy
y que mañana será el pasado
y que el futuro solo será
El presente que nos urge
VI
Son las cuatro de la mañana
He cruzado con los ojos abiertos
la hora en que se despiertan los demonios.
He cruzado los puentes del insomnio
sin preguntarme la razón que me desvela
sin imágenes que me perturben
Pero el sueño no llega a los insomnes.
El sueño nos ha sido negado
para tortura de nuestros cerebros.
Zombis del día siguiente
Somos entre la gente.
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